eQuàliment

ABRIL 2020

Conversamos con Oriol Berenguer, Director del Banco de Alimentos de las comarcas de Lérida

¿Qué impacto está teniendo la actual crisis sanitaria del COVID-19 en la’actividad del Banco de Alimentos?

A corto plazo la crisis está afectando a nuestra capacidad logística. El conjunto de la red de distribución solidaria de alimentos se ha visto especialmente afectada puesto que se sostiene gracias a un voluntariado en situación de riesgo. Pero el impacto más importante ya lo comenzados a notar, y probablemente en pocas semanas nos conduzca al colapso, debido al aumento de usuarios por las consecuencias socioeconómicas de la crisis.

Pero no todo es negativo, la crisis nos recuerda la capacidad de los Bancos de Alimentos para afrontar emergencias. Por ser entidades poco burocratizadas, muy ágiles y con una notable presencia de voluntariado, reciben generosamente el soporte y afecto de buena parte de la ciudadanía, mostrándose como entidades con mucha capacidad de movilizar energías y recursos, siempre desde un profunda imbricación social. Estuvimos implicados de manera decisiva en los años más duros de la crisis del 2008, y volveremos estarlo en ésta.

¿Y cómo está afectando al funcionamiento de las entidades que atienden a las familias?

Las entidades sufren el mismo problema de voluntariado. No todas tienen la capacidad de mantener activo el servicio que prestan. Es por ello que nos estamos implicando a nivel logístico para darles soporte poniendo en muchos casos nuestro transporte y voluntariado a su disposición. Uno de los problemas a resolver durante esta crisis es el acceso a los alimentos de las personas en situación de riesgo. Por ello necesitamos movilizar voluntariado para poder llegar si es necesario a sus domicilios.

Estáis promoviendo desde el Banco de Alimentos, en coordinación con los consejos comarcales de Lérida, un proyecto de implantación de eQuàliment de ámbito provincial.
¿En que fase del proyecto estáis y cuáles serán los siguientes pasos?
¿Qué beneficios esperáis obtener?

Desde el Banco de Alimentos siempre hemos sostenido que la red de distribución de los alimentos ha de ser eficiente, transparente y equitativa, con capacidad de rendir cuentas de su actividad al conjunto de la sociedad Tiene que ser eficiente en su funcionamiento, que justifique la existencia de la distribución solidaria de alimentos como un servicio a las familias en situación de falta de recursos que les garantice una distribución equitativa, ajustada a sus necesidades y para ello se necesitan herramientas que permitan contabilizar y prever cuáles son estas necesidades para que los puntos de distribución estén siempre bien aprovisionados.

Ha de ser capaz de rendir cuentas, en primer lugar de la ayuda global que es capaz de aportar con las donaciones y ayudas que se reciben, de las personas que se beneficiarán, etc. La sociedad ha de conocer la capacidad de ahorro que implica el funcionamiento de una red como la que tenemos las entidades sociales que distribuimos alimentos. Y en segundo lugar, como herramienta para reducción del desperdicio alimentario, la red de distribución solidaria de alimentos ha de poder explicar que alimentos ha recuperado, que valor económico representa y que ahorro en emisiones de CO2 ha supuesto para el medio ambiente.

Por este motivo decidimos implementar a nivel de toda la demarcación de Lérida, de forma integral y a modo de prueba piloto en Cataluña, que toda la red dispusiera de una herramienta informática que nos permitiera alcanzar los objetivos de eficiencia, transparencia y equidad. La apuesta, con el soporte de la Agencia Catalana de Residuos, fue la implantación de eQuàliment en toda la demarcación en tanto que único programa en el mercado especializado en esta función. No obstante, para culminar el proyecto que se halla desarrollado prácticamente en la mitad del territorio, requiere el soporte de más instituciones, que es lo que estamos persiguiendo en estos momentos.